Guillermina Farías, violinista de 23 años, vivirá una experiencia única al formar parte del Seleccionado Juvenil Sinfónico Nacional Libertador San Martín que viajará a Japón para una gira internacional. Este prestigioso grupo celebra su 30º aniversario y será dirigido por el reconocido Pablo Boyano.

En conversación con LA GACETA Central, Guillermina compartió su emoción y el proceso detrás de este importante logro. "Es un honor integrar la Orquesta Sinfónica Juvenil Nacional, y la oportunidad de tocar en Japón es un sueño hecho realidad. Este viaje no solo celebra los 30 años de la orquesta, sino también la pasión y dedicación que cada miembro pone en su música", contó.

Guillermina comenzó su carrera musical a una edad temprana, influenciada por el método Suzuki, desarrollado por el japonés Shinichi Suzuki. Su formación comenzó con la profesora Ana María Palazo y continuó en la Escuela de Música de la Universidad Nacional de Tucumán, donde completó gran parte de su educación. Desde 2015, fue parte de la Orquesta Juvenil de la UNT, que jugó un papel crucial en su desarrollo como música.

El viaje a Japón se organiza gracias a la invitación de la cantante japonesa Aako Tanaka, quien quedó impresionada por la calidad de la orquesta durante una visita a Argentina. 

Tanaka y su asociación en Japón, con el apoyo de patrocinadores locales, cubrirán todos los gastos del viaje. El grupo estará compuesto por 86 músicos y 14 miembros del equipo técnico, y viajarán en un avión completo dedicado a su traslado.

La importancia de la Orquesta de la UNT en su carrera

"La experiencia en la orquesta universitaria me enseñó la importancia del trabajo en equipo. Cada músico tiene un papel crucial y el compromiso con los compañeros es fundamental para el éxito del conjunto", explicó.

En cuanto a la preparación para el viaje, Guillermina y sus compañeros han estado ensayando intensamente. El repertorio incluirá obras académicas de compositores como J. Brown y A. Piazzolla, así como obras nacionales y contemporáneas.

Finalmente, Guillermina compartió su reflexión sobre el impacto de la música en su vida: "La vida de un músico es desafiante y requiere mucho sacrificio, pero la satisfacción de tocar en una orquesta y conectar con el público es invaluable. A los jóvenes músicos les diría que el esfuerzo y la dedicación valen la pena."